En la cultura popular, el tarot ha solido estigmatizarse, a causa de múltiples casos de charlatanería o denuncias sobre malas prácticas, que deforman la utilidad de esta lúdica herramienta predictiva, la cual, en el último tiempo, también ha demostrado poseer cualidades sanadoras, usándose en sesiones terapéuticas. No menor, es que el origen de estas cartas tiende a ser desconocido, y, en parte, aquello desvaloriza el trasfondo histórico que están guardadas en ellas.
Bajo un prisma revisionista, es que Éter-Aním se encargará de investigar sobre este basto tema, en busca de cuáles son los orígenes más entendibles sobre el tarot. La intención es recopilar hallazgos que permitan cohesionar y explicar la aparición de los mazos iniciales, que yacen en cada civilización.
Toda esta aventura, llevará por nombre Orígenes del Tarot, estando dividida en varios capítulos. Por ahora, a través de este preámbulo, se mencionarán ciertos aspectos que suelen presentarse, con regularidad, durante esta búsqueda anacrónica -ya que esta exploración no necesariamente contará con un orden cronológico-, además de pincelar brevemente sobre las ubicaciones iniciales del tarot.
UN PRINCIPIO INCIERTO
Determinar el momento específico en que existió el primer tarot, resulta ser un ejercicio complicado, y no solo por la búsqueda de los primeros registros. Es que las creencias sobre estas cartas suelen estar rodeadas de supuestos peligros, que dan vida a misterios, brujerías y narrativas mágicas, las cuales, provocan una descabellada primera impresión. Todos estos comentarios, más que invitar a interesarse por la materia, tienden a alejar al público, y también, entorpecen el intento por corroborar donde reposa el origen principal.
Las complicaciones aumentan, cuando consideramos las variadas corrientes místicas, y, senderos espirituales, que rodean al ser humano en su exploración por este universo, ya que estos caminos también influyen, en menor y mayor medida, a los inicios del tarot. No en vano, en la cultura popular, es usual que estas cartas sepan diferenciarse con facilidad gracias a su estética, que, por ejemplo, lucen muy distinta al naipe ingles. Aquello sucede porque el tarot está estructurado desde simbologías que recogen conceptos de ciencias ocultas, como, por mencionar algunas, la astrología y numerología.
Esta particularidad, causa que el tarot no se ocupe tanto con fines de azar o apuestas, porque su diseño rememora a otras ideas, que, para ciertos espectadores, son confusas o extrañas. Además, debido a las peculiaridades que se han descubierto en el tarot -por sus atractivos diseños y símbolos que guardan en sí-, se puede dimensionar nuevas perspectivas analógicas, o inclusive, a reconocer la apreciación valórica que alcanzaron en importante épocas de la humanidad, por considerarse piezas de colección.
La incertidumbre, por no encontrar un comienzo definitivo ante el tarot, refleja lo complejo de esta aventura, y más por los significados, referencias e interpretaciones que pueden extraerse desde cada arcano o triunfo, que era el nombre designado antiguamente a cada carta contenida en una baraja.
tarot: más que una realidad
Para las próximas entradas de este compendio, se seguirán revisando los orígenes del tarot a través de los conocimientos conceptuales que se aplicaban en distintas épocas, específicamente sobre las conexiones religiosas y esotéricas, que se creían afines a las cartas. Pese a que cada mazo del tarot ha terminado por distribuirse bajo una misma composición numérica -contenidas en 78 cartas-, la variedad de ediciones que se han posicionado en el mercado, y en la historia, dan cuenta de que las barajas no son genéricas ni mucho menos ilógicas, ya que son elaboradas cuidadosamente, para transmitir la representación tangible de los mundos sutiles, esto es, reflejar lo divino de tradiciones milenarias y senderos espirituales.
Si se hace el intento por ubicar un punto de partida, es inevitable encontrarse con momentos, y, enseñanzas, cruciales acerca del Renacimiento; antiguo Egipto, y contextos históricos de igual magnitud. El desorden -o sincronía- que implica el repasar estos temas, genera la sensación de tener que integrar múltiples relatos, para recién formar un lineamiento sobre cómo se puede entender la formación de los primeros mazos.
La búsqueda de un origen convincente, o, válido, indirectamente demostrará que no existe una verdad absoluta sobre cuál creer. Los secretos que existen detrás de estas cartas son bastantes, y es preferible valorizarlos desde una mirada integradora, convirtiéndose este asunto en una especie de antología, por su cualidad reinterpretativa. Existen un sinfín de explicaciones sobre estas barajas, lo que, a su vez, significaría ahondar en culturas y civilizaciones predominantes en cada continente, y de como estos escenarios determinaron, para bien o para mal, la construcción sobre un juicio predominante hacía el tarot.
ACLARACIONES
Cabe mencionar que, en la antigüedad, estas cartas rondaban en círculos cerrados a raíz de distintos momentos -y consecuencias- que incidieron en un creciente repudio o satanización hacías las barajas del tarot. Siendo común que un número limitado de personas tuviesen acceso a conocer estos arcanos, pero a costa de ser catalogado como un ser blasfemador, que finalmente era excluido por la sociedad, al pensarse que tenía conexión con demonios y seres prohibidos.
Un tiempo se mantuvo cierta asimilación predilecta del tarot con las mujeres, específicamente con brujas, adivinas o paganas, por suponer que eran las únicas especializadas en emplear estas cartas. Casos así se repiten con otras artes esotéricas, pues la quiromancia o las lecturas de dilóggun, también han pasado por procesos similares, en que fueron utilizados por grupos reducidos de personas -cayendo en la denominación peyorativo de sectarismo-, y han debido de pasar siglos para que posteriormente se deshiciera, en parte, la connotación negativa ante técnicas de adivinación.
Es así que, hoy en día, el tarot ha podido masificar su práctica -pudiendo ser remunerado o gratis- gracias a que se vive un contexto generacional de mayor aceptación. Pero, para haber llegado a este actual panorama, detrás se esconden infinidades de hechos encubiertos, muchos de los cuáles dejan en evidencia las disputas, lineamientos y visiones que han prevalecido en cada época.
Estando en la finalización de este preámbulo, y, para mantener vigente la mirada poliédrica que se propuso Éter-Aním, es que este recorrido próximamente se detendrá en el Renacimiento italiano, por ser uno de los escenarios históricos donde más aclaraciones se han descubierto acerca del tarot.
Se hará hincapié a la península itálica, porque posee incógnitas que siguen sin ser resueltas. Además, muchos libros han querido abordar la procedencia del tarot -basándose en este parte del mundo-, pero en la actualidad estos textos se han vistos ignorados o suplantados por otra clase de tópicos, que van más enfocados en enseñar el uso directo de las cartas, para su ejercicio como herramienta predictiva o terapéutica. Aquello, resta espacio a revisar la propia esencia de esta historia, que ha sido tan enjuiciada y atacada.
A modo personal, es valórico el recopilar y enseñar las maneras de ocupar tiradas e interpretaciones, pero, sigue quedando al debe el comprender y lograr exhibir lo máximo posible los orígenes de estas cartas. Considero que la historia también es una manera de comprender la utilidad didáctica del tarot, y es por ello que me gustaría aportar con más información, para que las siguientes generaciones de tarotistas, y especialistas en tarología, sigan esclareciendo los mitos que aún no son atendidos, y así, aprovechar un potencial distinto, que, quizás, dará espacio a otros entendimientos sobre el tarot..
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