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THEREMÍN: TOCANDO LAS ENERGÍAS SUTILES

El Theremín, inventado en el año 1919 por el músico y científico ruso Léon Theremin (también llamado Lev Serguéievich Termén), es un instrumento musical verdaderamente particular, porque puede utilizarse sin tocarlo físicamente, gracias al sonido que proviene y genera de los campos electromagnéticos. Si bien han pasado décadas desde su origen, el theremín sigue siendo novedoso, porque crea sonidos sin un contacto directo por parte del intérprete, dando luz a una experiencia cercana a las energías sutiles, mágico en su esencia, y esto trasciende el mecanismo habitual de lo que se espera de un instrumento.

 

El theremín se compone de dos antenas metálicas, y, al acercar las manos, emite un sonido eléctrico, que desafía los conceptos de lo que se entiende por música, ya que el intérprete controla la altura tonal y el volumen del sonido a una distancia relativa, creando melodías que se asemejan a lo etéreo. El theremín, con su esencia de electricidad musical, nos transporta a nuevas sensaciones sonoras, convirtiéndose en un estilo de composición vanguardista.

EXPRESANDO SENTIMIENTOS DESDE LAS ONDAS:

Como habíamos dicho, El theremín consiste en una caja con dos antenas metálicas. Pues bien, una antena -en posición vertical- controla la altura tonal y la otra antena -en dirección horizontal- controla el volumen. Al mover las manos cerca de ambas antenas, se van generando señales de audio que el instrumento capta a través de las ondas electromagnéticas. La distancia y la posición de las manos, en relación con las antenas, van dando vida a distintos tonos, pudiendo variar desde agudos, hasta tonos graves y profundos.

Es un instrumento desafiante de tocar, ya que requiere flexibilidad para controlar con precisión los gestos de las manos y obtener las notas deseadas. Esta experiencia de "tocar el aire" nos conecta directamente con las energías invisibles que nos rodean. Si lo llevamos a un plano más espiritual, son muchos los sistemas de creencias que reconocen la existencia de fuerzas superiores que rigen el universo. El theremín justamente, a través de sus ondas y la interacción del intérprete con ellas, puede evocar una sensación similar hacia esa conexión con lo trascendental.

 

El theremín brinda una experiencia única, y nos permite percibir la música como una manifestación tangible de una fuerza invisible, similar a cómo muchas culturas consideran la música como una expresión -o una extensión- del espíritu. A lo largo de la historia, diversos instrumentos han sido asociados con corrientes espirituales y religiosas debido a su capacidad de crear un ambiente propicio para la adoración, la meditación y la conexión con lo divino. Existe el caso del shofar y su vínculo con el judaísmo; o las flautas nativas y el uso que le daban los nativos americanos en sus ceremonias.

MOVIENDO ENERGIAS

Habiendo captado el funcionamiento y la composición del theremín, se va entendiendo de mejor manera la semejanza que transmite este instrumento con aquel deseo humano de explorar, experimentar y trascender lo material hacia una conexión intangible, a lo etéreo. Algo que también suele darse en el estudio del ocultismo, donde se aboga por ir más allá de la realidad para descubrir otras dimensiones.

 

Es más, el theremín es capaz de reproducir una amplia gama de efectos a través de su sonido, donde el intérprete tiene la libertad de explorar y expresar emociones de una manera muy personal. El theremín, al permitir esta expresividad, puede servir como una vía para explorar y transmitir sensaciones extrasensoriales, dando una experiencia ligada al más allá. Además, percibir sonidos también significa ser un "canal" a través del cual fluye la energía, permitiéndonos trascender los límites materiales, y conectarnos con aspectos más profundos de nuestra esencia.

 

Al interactuar con el theremín, nos encontramos en un diálogo íntimo con nosotros mismos y con el universo, como si fuese un instrumento sagrado. El theremín nos permite explorar formas diferentes de entender lo que sabemos por "realidad", porque tocarlo significa aplicar nuevos conceptos de la física, y, dada su apariencia y funcionamiento, pareciera que es un objeto llegado del espacio.

La MAGIA DE LO SENSORIAL

Como hemos visto, el theremín es un instrumento altamente sensorial, capaz de despertar curiosidad en aquellos que lo tocan y escuchan. Al mover nuestras manos en el espacio, podemos controlar tanto la altura tonal como el volumen del sonido, creando matices y texturas sonoras que desafían nuestros sentidos. Una experiencia que se asemeja a la magia, donde el uso de los sentidos y la atención plena se convierten en herramientas para conectarnos con las energías sutiles. Al explorar el theremín, somos magos capaces de manipular las vibraciones sonoras para conectar con un plano superior.

 

Si bien este instrumento no fue creado con fines místicos, no quita que pueda entenderse bajo tales lógicas, porque su sonido crea un espacio de entendimiento entre el mundo tangible y los reinos invisibles. Nos permite acceder a experiencias musicales que refrescan los sentidos, porque captamos sonidos eléctricos a los que no estamos acostumbrados a oír. El theremín es un desafío tanto conceptual como introspectivo; de querer trascender las limitaciones de lo conocido y acceder a conocimientos ocultos.

 

El theremín, al ser un instrumento no convencional, es capaz de desafiar las normas musicales establecidas, pudiendo abrir puertas hacia nuevas posibilidades sonoras y estéticas. De manera similar, la magia esotérica busca trascender los límites de la realidad cotidiana y desarrollar una conciencia más lúcida. Por tanto, podemos ver que el theremín nos sumerge en una experiencia mágica donde lo físico y lo espiritual se entrelazan, desafiando nuestras percepciones y expandiendo nuestros horizontes como seres sensoriales. 

 

*Es importante destacar que en esta publicación se habla de la magia y su relación con el theremín como algo subjetivo. La relación de aquello puede ser explorado desde una perspectiva simbólica y poética, pero no existe una base teórica que vincule directamente ambos conceptos. Cada individuo puede elaborar sus propias interpretaciones basándose en estos dos campos: la música y la magia. 


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